En el ataque murieron 30 personas.
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EEUU admite errores en ataque a hospital afgano y suspende a militares

El gobierno estadounidense aseguró que los militares encargados del ataque no tomaron las medidas necesarias para determinar que no se trataba de un objetivo militar legítimo.

Estados Unidos admitió que el bombardeo a un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz se debió a un error humano "trágico", por el que se suspendió a los militares directamente relacionados con este incidente, en el que murieron 30 personas en octubre pasado.

Estas son las principales conclusiones de la investigación interna realizada por el Pentágono para esclarecer el suceso ocurrido el 3 de octubre y que presentó el comandante de las fuerzas de EE.UU. en Afganistán, el general John Campbell, en una videoconferencia retransmitida desde el país centroasiático.

Según el informe, el error humano fue provocado por fallos en los sistemas y los procedimientos de actuación.

De acuerdo con el documento, el personal encargado de la misión no sabía que estaban atacando el hospital de MSF, sino que creía que estaba golpeando otro objetivo situado a unos cientos de metros y donde sí se había reportado la presencia de combatientes talibanes.

Asimismo, sostiene que los militares encargados del ataque no tomaron las medidas apropiadas para verificar que se trataba de un objetivo militar legítimo.

"La investigación ha hallado que algunos efectivos estadounidenses implicados (en la operación) no siguieron las reglas de combate", declaró el portavoz militar en Afganistán, Wilson Shoffner.

Previamente, el general Campbell informó en su intervención que los efectivos de las Fuerzas Armadas más estrechamente relacionados con el ataque fueron suspendidos de sus deberes y que aún se está estudiando la aplicación de medidas disciplinarias y administrativas.

De la misma manera, manifestó sus condolencias a las familias de las víctimas y aseguró que el informe contiene recomendaciones y medidas para que una situación similar no vuelva a ocurrir.

"Ninguna nación hace más por prevenir las bajas civiles que los Estados Unidos", defendió Campbell, que también subrayó que el incidente sucedió en el marco de cinco días consecutivos de fuertes combates en Kunduz.

También destacó la labor de MSF en Afganistán y afirmó que esta organización no gubernamental contará con la asistencia de las fuerzas estadounidenses para reconstruir sus instalaciones en Kunduz.

El balance final de la operación fue de 30 muertos y 37 heridos, la mayoría de ellos médicos y pacientes del hospital.

El ataque se produjo en el contexto de la contraofensiva de las tropas afganas para recuperar Kunduz de manos de los talibanes y, de acuerdo con el relato de los hechos del informe, comenzó a las 02.08 horas de la madrugada (hora local) y duró 29 minutos.

Con la operación en marcha, un oficial estadounidense en la base militar de Bagram recibió a las 02.20 horas una llamada de MSF advirtiendo de que sus instalaciones estaban siendo atacadas, pero el mando de las operaciones no supo de este error hasta las 02.37, cuando el fuego ya había cesado.

El helicóptero de combate de las Fuerzas Especiales encargado de la operación registró problemas en su sistema electrónico y también se desvió de su trayectoria al creer que estaba siendo atacado por misiles, aspectos que contribuyeron a la errónea identificación del objetivo militar.

Asimismo, el informe afirma que la descripción del edificio de los insurgentes que se pretendía atacar, que fue facilitada por fuentes afganas, encajaba aproximadamente con la imagen aérea que los militares tenían del hospital de MSF.

También sostiene que las coordenadas dadas por las Fuerzas Armadas afganas del edificio que se pretendía atacar eran las correctas.

No obstante, la investigación apunta también errores de procedimiento de los militares encargados de la operación como la ausencia de actividad hostil en el objetivo atacado.

El portavoz militar Wilson Shoffner destacó la importancia del informe, pero apuntó que solo es un paso dentro de todo el proceso y que las autoridades podrían requerir de investigaciones adicionales.

"Quiero enfatizar que cometimos un error terrible que provocó muertes innecesarias y que nos comprometimos desde el principio a una investigación transparente y a fondo", argumentó el portavoz.

En este sentido, Shoffner subrayó el trabajo realizado por el equipo de investigación, que visitó el lugar del incidente en Kunduz y entrevistó a unos 65 testigos para culminar su labor en un informe de unas 3.000 páginas con pruebas documentales.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras cuestionó el informe estadounidense porque, dijo, "deja más interrogantes que respuestas" y reiteró su petición de una investigación independiente e imparcial sobre lo sucedido.

El director general de MSF, Christopher Stokes, criticó a través de un comunicado la negligencia y los errores de las Fuerzas Armadas de EE.UU. y señaló que en Kunduz se destruyó una instalación protegida sin que se verificara antes el objetivo del ataque.

En cambio, el presidente de Afganistán, Ashraf Gani, celebró que el informe estadounidense admita errores en la operación y anunció que tomará medidas contra los causantes del bombardeo al hospital.

El mandatario afgano resaltó que respaldará a EE.UU. en su trabajo para "evitar que ese tipo de incidentes se repitan" y aseguró que los "errores" como el que provocó el ataque al hospital de MSF "pueden y deben ser evitados".

EFE